Cuando la razón oscurece.
Tras el pasar de los días voy viendo que el futuro y las proezas sólo dependen de las personas que buscan otro mundo posible, porque cada día, a pesar de que hay más tecnología y “conocimiento”, nos vamos olvidando de que somos senti-pensantes y que está en nuestras manos cambiar una sociedad materialista que se olvida diariamente del ser. Es increíble ver que somos los(as) “más” desarrollados(as) del planeta quienes causamos daños irreparables a nuestros sueños y a nuestras riquezas, nosotros(as) que solo representamos un 3% de vida en el mundo estamos destruyendo todo el hábitat, solo por andar en el afán de conseguir y obtener beneficios propios; porque para bien o para mal, solo nos preocupamos en preservar indefinidamente nuestro ser sin importar a qué o a quién nos llevamos por delante, con tal de obtener ganancia.
Estamos en un mundo en el cual las diferencias crecen de una manera abismal y cada vez son más lentas las ayudas y menos la acción humanitaria del mundo, porque día tras día crece en todos(as) la indiferencia, parece que fuera inyectada en nuestras venas.
Hoy por hoy crece más la inseguridad, la vulnerabilidad, la angustia y nadie hace nada para remediar este mal que nos mata lentamente, porque los ricos cada vez se hacen mas ricos y los pobres mas pobres.
Es por ello que creo que lo más conveniente es conocernos, darle una mirada a nuestra vida para poder fijar qué papel desenvolvemos, si somos indiferentes ante lo que pasa en el mundo, si somos afectados(as) o si por el contrario puedo ser esa mano amiga y humana que intenta ayudar a quien lo necesite. No necesitamos ser reconocidos mundialmente, ser ricos o famosos para colaborar, porque desde lo más ínfimo y miserable aparentemente, se encuentra la belleza y la humildad.
Es hora de que dejemos de fijarnos en detalles superfluos e incómodos que no restan mérito a las acciones que podemos hacer desde lo más profundo de nuestro corazón. Somos ciegos(as) que podemos ver, pero no vemos, entonces ¿qué es lo que estamos esperando, que llegue un rayo de luz que realmente nos enceguezca? ¿cuándo será que decidiremos quitarnos la venda de los ojos para poder ver la pobreza que nos corroe y agobia gracias a que somos “seres humanos” inhumanos?
Entonces, quitémonos la venda, pongamos a fluir y trabajar esa inteligencia por la que nos destacamos y hacemos alarde. Cambiemos de adentro para afuera, demos un paso trascendental en nuestra vida y vamos a soñar un mundo nuevo en el que todos y todas vivamos felices y en paz. Digo soñemos, porque estos crean las cosas, ya que cada cosa que hoy existe la soñó alguna persona.
Estamos en un mundo en el cual las diferencias crecen de una manera abismal y cada vez son más lentas las ayudas y menos la acción humanitaria del mundo, porque día tras día crece en todos(as) la indiferencia, parece que fuera inyectada en nuestras venas.
Hoy por hoy crece más la inseguridad, la vulnerabilidad, la angustia y nadie hace nada para remediar este mal que nos mata lentamente, porque los ricos cada vez se hacen mas ricos y los pobres mas pobres.
Es por ello que creo que lo más conveniente es conocernos, darle una mirada a nuestra vida para poder fijar qué papel desenvolvemos, si somos indiferentes ante lo que pasa en el mundo, si somos afectados(as) o si por el contrario puedo ser esa mano amiga y humana que intenta ayudar a quien lo necesite. No necesitamos ser reconocidos mundialmente, ser ricos o famosos para colaborar, porque desde lo más ínfimo y miserable aparentemente, se encuentra la belleza y la humildad.
Es hora de que dejemos de fijarnos en detalles superfluos e incómodos que no restan mérito a las acciones que podemos hacer desde lo más profundo de nuestro corazón. Somos ciegos(as) que podemos ver, pero no vemos, entonces ¿qué es lo que estamos esperando, que llegue un rayo de luz que realmente nos enceguezca? ¿cuándo será que decidiremos quitarnos la venda de los ojos para poder ver la pobreza que nos corroe y agobia gracias a que somos “seres humanos” inhumanos?
Entonces, quitémonos la venda, pongamos a fluir y trabajar esa inteligencia por la que nos destacamos y hacemos alarde. Cambiemos de adentro para afuera, demos un paso trascendental en nuestra vida y vamos a soñar un mundo nuevo en el que todos y todas vivamos felices y en paz. Digo soñemos, porque estos crean las cosas, ya que cada cosa que hoy existe la soñó alguna persona.